>> 10 enero 2008
D E S E O S
Te Desnudaré con mis manos lentamente acariciando tus senos y caderas, y deslizando mis dedos diligente entre botones, lazos, cremalleras.
Miraré tus ojos y te abriré la blusa, y descolgaré los pechos prisioneros,
que mi deseo nada rehúsa, y ellos son del deseo mensajeros.
Se abren a mi como dos rosas tiernas, esperando la lengua en los pezones, y percibo temblores en tus piernas, y un aire abrasador en mis pulmones.

Te Desnudaré con mis manos lentamente acariciando tus senos y caderas, y deslizando mis dedos diligente entre botones, lazos, cremalleras.
Miraré tus ojos y te abriré la blusa, y descolgaré los pechos prisioneros,

que mi deseo nada rehúsa, y ellos son del deseo mensajeros.
Se abren a mi como dos rosas tiernas, esperando la lengua en los pezones, y percibo temblores en tus piernas, y un aire abrasador en mis pulmones.
No hay en mi atrevimiento ambigüedades,
voy a ti sin desvergüenza o timidez,
y aunque con tinte de frivolidades,
parece siempre la primera vez.

Beso con humedad tu boca hambrienta,
y hago que ambas lenguas jueguen en contacto,
no ha de haber nada a lo que no consienta ,
tuya es la voluntad, mio es el acto.

En tu espalda hay insólitos caminos
que mi mano jamás ha transitado,
y de tus dedos brotan remolinos
erizando la piel de mi costado.
En breve y delicada sacudida
tu hombros la blusa se desprenden;
semidesnuda estas, y enardecido,
alzo los brazos, que hacia ti se extienden.
Me detengo brevemente en tu cintura,
te rodeo con caricias circulares,
y exploro el resto de tu arquitectura,
con paso franco a todos tus lugares.
¡qué libertad e independencia siento!.
No queda en mí vacilación ni duda,
sólo serenidad..., y atrevimiento.
Están mis ojos en tus ojos fijos,
y mis manos te arropan insistentes;
suaves contactos causan regocijos,
lentas fricciones llegan más frecuentes.
Me aproximo más, te cubro entera, me encadéno a ti, y abro tu mi rosa, te doy un beso total, de tal manera que resulte en fusión voluptuosa.
Quédas en pie y recibo el doble abrazo,
y al rodear mi cuerpo con tus piernas,
introduzco mi furia de un zarpazo
anegando tus cámaras internas.
me dirán que eres mia y yo soy tuyo;
seremos mutuamente posesores,
como el cauce y las aguas en el río.